San José – La expresidenta de Nicaragua Violeta Barrios
de Chamorro, fallecida este sábado a los 95 años, entró en la historia al
convertirse en la primera jefa de Estado elegida democráticamente en América y
la mujer que derrotó en las urnas al exguerrillero sandinista Daniel Ortega en
1990, y por dejar como legado la pacificación y reconciliación de un país
devastado por la guerra civil de la década de 1980.
«Doña Violeta», como cariñosamente es llamada por los nicaragüenses,
murió en San José, Costa Rica, un país al que fue trasladada hace casi dos años
por su delicado estado de salud para ser cuidada por sus hijos, desterrados por
el régimen de Ortega.
Ortega, quien retornó al poder desde 2007, despojó en febrero de 2023 de
su nacionalidad a tres de los hijos de la exmandataria.
Nacida el 18 de octubre de 1929 en la ciudad de Rivas, en el Pacífico
sur de Nicaragua, Violeta Barrios Torres, conocida como Violeta Chamorro por el
primer apellido de su esposo, el periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, se
encontraba enferma tras sufrir hace siete años un accidente cerebrovascular.
Libró esa batalla en un momento en que dos de sus hijos, Pedro Joaquín y
Cristiana, fueron apresados por el régimen sandinista, y otro, el periodista
Carlos Fernando, tuvo que huir a Costa Rica para evitar ser detenido.
Con el 54,7 % de los votos, Chamorro (1990-1997), viuda del también
héroe nacional Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, venció en las elecciones del 25
de febrero de 1990 a Daniel Ortega, que buscaba entonces la reelección y quien
desde 2007 es presidente de Nicaragua.
Al derrotar de forma sorprendente a Ortega, cuando se presentó como
candidata a la Presidencia por una extinta coalición de 14 partidos que
conformaron la Unión Nacional Opositora (UNO), se convirtió en la primera mujer
presidenta de Nicaragua y del continente americano electa por voto popular.
«Doña Violeta» se casó en 1950 con Chamorro Cardenal, asesinado el 10 de
enero de 1978 en las calles de Managua por sicarios pagados por el régimen del
derrocado presidente Anastasio Somoza Debayle.
Su legado: la pacificación y reconciliación
Durante su mandato de seis años y ocho meses, Chamorro logró la
reconciliación de un país devastado por la guerra civil de la década de 1980;
encauzar la nación hacia el crecimiento económico, reducir la pesada deuda
externa e impulsar la profesionalización de las Fuerzas Armadas y Seguridad.
El principal logro de Chamorro durante su gestión de Gobierno fue el
proceso de pacificación y reconciliación entre los nicaragüenses, que en la
década de 1980 se enfrentaron en una guerra civil que dejó 50.000 muertos.
Como un ejemplo al resto de la sociedad nicaragüense, Chamorro unió a su
familia, dividida en sandinistas y antisandinistas: el hijo mayor, Pedro
Joaquín, fue miembro del directorio de la extinta ‘Contra’ antisandinista,
mientras que el menor de los cuatro, Carlos Fernando, dirigió hasta 1994 el
diario Barricada, propiedad del Frente Sandinista de Liberación Nacional
(FSLN).
Sus dos hijas también estuvieron en los planos opuestos de la política,
ya que Claudia Lucía trabajó como embajadora del régimen sandinista en Costa
Rica, mientras que Cristiana apoyaba desde la dirección de las páginas del
diario La Prensa a las fuerzas políticas contrarias al FSLN.
«La patria que heredé era una sociedad desgarrada por la división. Los
nicaragüenses no nos reconocíamos como hijos de una misma patria. Podían más
los intereses partidarios y personales que los legítimos intereses del pueblo»,
reflexionó en sus memorias ‘Sueños del corazón. La autobiografía de una mujer
excepcional’.
En su libro, publicado en 1997, la expresidenta asegura que sintió «una
gran angustia» en su corazón «al recibir un país en guerra y destruido».
Tres de sus hijos están exiliados y desnacionalizados
De los cuatro hijos de la expresidenta, su hija Claudia Lucía es la
única que no ha sido desnacionalizada.
Su hijo mayor, Pedro Joaquín, fue excarcelado y expulsado hacia Estados
Unidos el 9 de febrero de 2023, junto a otras 221 personas, incluyendo su
hermana Cristiana.
Cristiana, que aspiró a ser candidata presidencial por la oposición y
tenía mayor probabilidad de derrotar al Ortega en los comicios de noviembre de
2021, al igual que lo hizo su madre en 1990, a diferencia de su hermano mayor
que se quedó en EE.UU., ella decidió hacerlo en Costa Rica, como otros tantos
nicaragüenses.
Su otro hermano, el reconocido periodista Carlos Fernando, director de
Confidencial y de los programas Esta Semana y Esta Noche, también reside en
Costa Rica desde junio de 2021.
«Doña Violeta», que en 1958 se marchó al exilio a Costa Rica junto a su
marido, y que formó parte de la Junta de Gobierno entre 1979 y 1980, residía
desde hace casi dos años en San José, donde estaba bajo el cuidado de dos de
sus hijos.
Antes de ser trasladada por vía aérea desde Managua hasta San José,
había permanecido en su residencia, en el barrio Las Palmas, en la capital
nicaragüense, «bajo el cuidado y el amor de su familia, acompañada por personal
de salud especializado», de acuerdo con la familia Chamorro Barrios. EFE
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