Washington – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó este
miércoles al medio público Voice of America de ser un «portavoz demócrata» y
exigió su cierre definitivo, poco después de que su cercana aliada, Kari Lake,
compareciera ante el Congreso para testificar sobre el desmantelamiento de la
histórica emisora ordenado por el mandatario.
«¿Por qué un
republicano querría que Voice of America (VOA), el ‘portavoz’ demócrata, siga
funcionando? Es un TOTAL DESASTRE DE IZQUIERDA. Ningún republicano debería
votar por su supervivencia. ¡LIQUÍDENLO!», escribió en su red Truth Social
desde el Air Force One, a su regreso de la cumbre de la OTAN en La Haya.
Sus críticas
coincidieron con las duras palabras de Lake, designada por Trump como asesora
principal de la Agencia de Estados Unidos para los Medios (USAGM) y quien
afirmó este miércoles ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de
Representantes que la VOA es «incompetente, corrupta y parcial».
La
expresentadora de noticias insistió en que la emisora, considerada a sus 83
años como uno de los principales ejemplos de ‘poder blando’ estadounidense en
el mundo, constituía «una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU. y su
posición en el mundo», algo que rechazan los directivos y periodistas del
medio.
La semana
pasada Lake anunció el despido de más de 600 trabajadores de USAGM, que engloba
la Voice of America y la Oficina de Trasmisiones para Cuba (OCB, en inglés), lo
que completó una reducción del 85 % de esa fuerza laboral, traducida en 1.400
puestos menos desde que el mandatario ordenara su desmantelamiento en marzo.
Después de
esta ronda de despidos, de una plantilla de más de 2.000 trabajadores solo
quedan unos 250, informó Lake en una carta publicada el viernes pasado en X.
En su
comparecencia de hoy ante el Congreso, Lake acusó -sin base- a la VOA de operar
bajo el control del Partido Comunista de China y de publicar contenido crítico
contra Trump durante la campaña electoral de 2024.
«Se están
diciendo mentiras en la VOA», aseguró a los legisladores, los únicos que pueden
ordenar el cierre de la agencia, de acuerdo con la ley.
La bancada
demócrata pidió a Lake pruebas concretas de sus acusaciones. También cuestionó
sus esfuerzos por convertir al medio en «portavoz» de Trump y empañar su
prestigio como fuente veraz de noticias dirigidas a países donde no existe la
libertad de prensa.
Los
republicanos, por su parte, estuvieron de acuerdo con Lake en que los
contribuyentes estadounidenses no deben financiar un medio que a su juicio no
representa «los valores estadounidenses».
Desde su
regreso al poder en enero pasado, Trump ha recrudecido sus ataques contra
instituciones culturales, universidades y medios públicos.
A principios
de mayo ordenó reducir al mínimo legal el presupuesto federal de las emisoras
NPR y PBS, a las que ha acusado en reiteradas ocasiones de mantener un sesgo
izquierdista.
El director
de la VOA, Mike Abramowitz, y varios periodistas del medio impusieron dos
demandas para retar la orden ejecutiva de Trump, y aunque tuvieron éxito
inicial gracias a fallos judiciales que bloquearon temporalmente los despidos,
estos luego fueron levantados en cortes de apelación, donde actualmente los
casos continúan en proceso. EFE
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