Tegucigalpa, Honduras. – La iniciativa
estadounidense de aplicar un impuesto del 3,5 % a las remesas enviadas desde EE.
UU. tendría un impacto de al menos 275 millones de dólares anuales en la
captación de divisas y en las reservas internacionales de Honduras, aunque el
efecto más grave recaería sobre los hogares que dependen de estos envíos como
fuente principal de ingreso.
Así lo advirtió este viernes el
coordinador de Investigaciones del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras
(Fosdeh, privado), Mario Palma, quien afirmó a EFE que las remesas constituyen
“el principal rubro de captación de divisas” para el país centroamericano.
«Honduras es un país
remeso-dependiente», subrayó Palma, quien calificó a las remesas como «un
elevador social que le ha permitido a algunas familias superar la pobreza», de
manera más efectiva que muchos programas estatales.
Entre enero y abril de este año,
Honduras recibió 3.608,9 millones de dólares en remesas familiares, lo que
representa un incremento del 20,9 % respecto al mismo periodo de 2024, según el
Banco Central (BCH).
El economista detalló que el 80
% de esos envíos provienen de Estados Unidos, donde residen alrededor de 1,8
millones de hondureños, entre inmigrantes legales e indocumentados, y señaló
que las remesas representan el 25 % del Producto Interno Bruto (PIB), superando
incluso los ingresos por exportaciones.
La Cámara de Representantes de
EEUU aprobó el pasado 22 de mayo un paquete fiscal que incluye el impuesto del
3,5 % a las remesas enviadas al extranjero, y que ahora debe pasar su trámite
en el Senado.
El impacto de un impuesto sobre los hogares
En 2024, Honduras recibió 7.858
millones de dólares en remesas desde Estados Unidos y, las autoridades estiman
que alcancen los 10.259,7 millones de dólares en 2025 y 10.670 millones en
2026.
Según Palma, el gravamen tendrá
un “impacto bastante importante sobre la capacidad de captación de divisas y
las reservas internacionales» del país, aunque considera que el golpe más
directo se sentiría en los hogares receptores.
El 25 % de los hogares
hondureños, es decir, 4 de cada 10, recibe remesas, y en el 10 % de ellos estas
constituyen la principal fuente de ingreso, según datos del Instituto Nacional
de Estadística (INE), citados por el economista.
Si cada familia recibe en
promedio 500 dólares mensuales, con el impuesto el monto se reduciría a 482,50
dólares, lo cual afecta directamente el consumo, ya que el 80 % del dinero
recibido se destina a gastos esenciales, impactando la calidad de vida, enfatizó.
Riesgos y recomendaciones ante un posible escenario
fiscal adverso
Frente a este posible escenario,
Palma instó a las autoridades hondureñas a abordar las causas estructurales de
la migración irregular, como la falta de empleo, la inseguridad ciudadana y la
debilidad del sistema de justicia.
También recomendó al Gobierno
buscar acercamientos diplomáticos con Estados Unidos para negociar «un trato
preferencial» para los migrantes hondureños.
Además, advirtió que el
principal riesgo no es solo el impuesto, sino la “creciente persecución” a los
migrantes en situación irregular en EEUU, lo cual les genera temor y limita su
capacidad de generar ingresos y, por ende, de enviar remesas.
Palma sugirió que, de aplicarse
el gravamen, algunos migrantes podrían optar por métodos alternativos de envío,
como transferencias a través de terceros no sujetos al impuesto o el envío de
bienes en especie (ropa, medicinas). Sin embargo, alertó que estos mecanismos
serían más lentos, riesgosos y menos eficientes.
También exhortó a los hogares a
hacer un uso más eficiente y estratégico del dinero recibido, para amortiguar
el posible impacto de una medida que, de aplicarse, podría alterar
significativamente el tejido económico y social del país. EFE
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