San Juan.- El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth,
llegó este lunes a Puerto Rico para respaldar a las tropas estadounidenses que
realizan maniobras en la isla, donde estos ejercicio han despertado
controversia debido a la tensión en el Caribe con Venezuela.
Hegseth,
acompañado del jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el
general Dan Caine, fue recibido en la Base Aérea Muñiz por la gobernadora de
Puerto Rico, Jenniffer González.
El secretario
de Guerra se dirigió a los cerca de 300 soldados con un mensaje claro de apoyo
de parte del presidente estadounidense, Donald Trump, y del Departamento de
Guerra en sus misiones, en especial en este enfoque de combatir el narcotráfico
en el Caribe.
«Los hombres
y mujeres en nuestro Departamento serán los mejores preparados», dijo Hegseth,
quien definió a los militares como «guerreros americanos», según el comunicado
del Gobierno de Puerto Rico.
La visita
coincide con las maniobras de las Fuerzas Armadas estadounidenses en la isla,
que incluyen desembarcos anfibios y operaciones de vuelo, y con el anuncio de
que Washington desplegará diez aviones de combate F-35 a una base aérea de
Puerto Rico.
Por su parte,
la gobernadora agradeció a Trump y a su Administración por «reconocer la
importancia estratégica de Puerto Rico para la seguridad nacional de Estados
Unidos y por su lucha contra los carteles de la droga y el narcodictador de
Nicolás Maduro».
«Apoyamos las
políticas de ‘America First’ que garantizan la seguridad de nuestras fronteras
y combaten las actividades ilícitas para proteger a los ciudadanos americanos y
a nuestra nación», expresó González, que se declara republicana y partidaria de
Trump.
En el
encuentro, que tuvo lugar en la Base Aérea Muñiz en Carolina, estuvieron
también presentes el ayudante general de la Guardia Nacional, el coronel Carlos
José Rivera Román, y el secretario de Seguridad Pública, el general Arturo
Garffer, junto a varios militares de diversas ramas.
La
gobernadora señaló que Puerto Rico es «la frontera de los Estados Unidos en el
Caribe» y que la lucha contra el narcotráfico «va a posicionar ciertamente a la
isla».
«Creo que
estamos combatiendo por primera vez de raíz el problema, que es atacando de
dónde viene la droga», añadió González.
El respaldo
de la gobernadora a las políticas de Trump y a las maniobras militares en la
isla no es compartido por otros partidos políticos ni por muchos ciudadanos.
El Partido
Independentista Puertorriqueño (PIP) exigió el pasado viernes la cancelación
«inmediata» de cualquier plan de EE. UU. para «remilitarizar» a Puerto Rico, y
presentó una resolución para que la Legislatura haga esta solicitud a Trump y
al Congreso estadounidense.
El estatus
político de Puerto Rico como Estado Libre Asociado a EE. UU., establecido en
1952, otorga al archipiélago cierto grado de autonomía y un Gobierno y
Parlamento locales, pero deja bajo el control de Washington áreas como defensa,
fronteras y relaciones diplomáticas.
Ayer mismo,
cientos de personas se manifestaron frente a la Base Aérea Muñiz en rechazo a
las maniobras del Ejército estadounidense y a una posible reactivación de las
antiguas bases militares de la isla. EFE

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