Tokio – El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, anunció su dimisión este
domingo, un día antes de una cita clave de su partido para decidir sobre un
excepcional adelanto de primarias que lo habría depuesto tanto de la jefatura
del partido como del Gobierno, tras unos decepcionantes resultados electorales.
«He decidido dimitir como líder del Partido Liberal Democrático (PLD),
así que, de acuerdo a los estatutos internos, la convocatoria de una campaña
extraordinaria para escoger a un nuevo presidente ya no es necesaria», dijo
Ishiba en una rueda de prensa convocada de forma apresurada tras la filtración
poco antes de su decisión.
«Llevo un tiempo diciendo que no tenía intención de aferrarme al cargo y
que anunciaría mi decisión en el momento adecuado», declaró Ishiba, que añadió
que ese momento es ahora, un día después del regreso al país del negociador
nipón en materia de aranceles, Ryosei Akazawa, tras la firma de la orden
ejecutiva estadounidense para rebajar al 15 % las tasas que pesan sobre los
vehículos japoneses.
Akazawa, también ministro de Revitalización Económica y estrecho
colaborador de Ishiba, fue uno de los miembros de su Gabinete presentes durante
la comparecencia, junto al portavoz gubernamental, Yoshimasa Hayashi, entre
otros.
Ishiba, que permanecerá como primer ministro hasta que el PLD escoja a
su nuevo líder, aseguró que el acuerdo comercial alcanzado con la
Administración del presidente Donald Trump es un «hito» para Japón, y llamó a
su sucesor a implementar de forma integral sus términos y abordar las
preocupaciones y dudas que puedan surgir en torno al pacto, como ocurrió
durante su gobierno.
La dimisión es una muestra también de su voluntad de asumir la
responsabilidad de los resultados electorales de los comicios parciales a la
Cámara Alta del pasado 20 julio, dijo, en los que la coalición gobernante
perdió la mayoría en la instancia, y que desató una revuelta en el seno de su
partido para despojarlo del liderazgo.
Esta previsto que la formación anunciara una decisión al respecto
mañana, lunes.
La dimisión de Ishiba como presidente del PLD conlleva también su
dimisión como primer ministro.
En Japón, el cargo de primer ministro lo ocupa el líder del partido más
votado en unas generales, y un cambio de presidente en la formación deviene
consigo un cambio en la jefatura de Gobierno.
Ishiba, que llegó a la jefatura del Ejecutivo japonés tras su elección
como líder del PLD en septiembre del año pasado, repasó algunos de los logros
de su mandato, entre ellos el citado acuerdo comercial con Washington, una
subida histórica del salario mínimo interprofesional y la aprobación de un
presupuesto extraordinario para afrontar el impacto de la persistente
inflación.
El japonés agradeció el apoyo de quienes confiaron en él, pidió
disculpas «por tener que dimitir» e instó a su sucesor a fortalecer la alianza
con EEUU y estrechar los vínculos del país también con el resto de naciones
asiáticas, con África y con Europa.
«Japón es necesario para el mundo, ese es el sentimiento que he tenido
fuertemente en este año», dijo Ishiba, que también mostró su preocupación por
la cercanía entre Corea del Norte, Rusia y China, y aseguró que adquirir
capacidades disuasorias es «un reto inminente».
En cuando a las preocupaciones a nivel nacional, citó la necesidad de
revitalizar las economías rurales y abordar la caída de la natalidad y el
envejecimiento de la población.
El primer ministro Ishiba venía siendo objeto de un criticismo creciente
en su partido tras los resultados electorales de julio, dado que la coalición
ya había perdido la mayoría en la más poderosa Cámara Baja en las elecciones
generales de octubre, dando como resultado un Gobierno en minoría inusual en el
Japón de posguerra.
El PLD debe decidir ahora cuándo celebrar unas elecciones internas para
escoger a su nuevo presidente y, por ende, nuevo primer ministro, una cita en
la que Ishiba confirmó que no concurrirá.
Entre los nombres que suenan con más fuerza en las encuestas públicas
para suceder a Ishiba al frente del partido y del Ejecutivo están los de la
exministra de Seguridad Económica Sanae Takaichi y el del actual ministro de
Agricultura, Shinjiro Koizumi, la cara visible de la gestión de la ‘crisis del
arroz’ en el país. EFE
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