Tegucigalpa, Honduras.- Clementina nació en la ciudad de Juticalpa, Olancho, un 12 de
mayo del año 1902, su madre Amelia Zelaya Bustillo y su padre Luis Suárez
constituyeron un hogar en pleno centro de la ciudad y ahí transcurrió la
infancia y adolescencia de la poeta.
En
nuestro país fundó y dirigió las revistas Mujer y Prisma. «Clementina es la
mujer más pintada del mundo», escribió la poeta costarricense Carmen Naranjo,
al referirse a los incontables retratos de la poeta, realizados por connotados
pintores de Europa y América.
Entre
su obra Poética se encuentra Poesía: Corazón sangrante (1930); De mis sábados,
el último (1931); Iniciales (libro que contiene poemas de Lamberto Alemán,
Martín Paz y Emilio Cisneros, 1931); Los templos de fuego (1934); Engranajes
(poemitas en prosa y verso, 1935); Veleros (1937); De la disolución a la
esperanza (1944); Creciendo bajo la Hierva
Aquí
uno de sus poemas en ocasión de su 123 natalicio.
EL REGALO
Quisiera
regalarte un pedazo de mi falda, hoy florecida como la primavera.
Un
relámpago de color que detuviera tus ojos en mi talle -brazo de mar de olas
inasibles
la
ebriedad de mis pies frutales con sus pasos sin tiempo.
La
raíz de mi tobillo con su eteno verdor,
el
testimonio de una mirada que te dejara en el espejo como arquetipo de lo eterno.
La
voluble belleza de mi rostro, tan cerca de morir cada instante a fuerza de
vivir apresurada.
La
sombra de mi errante cuerpo detenida en la propia esquina de tu casa.
El
abejeante sueño de mis pupilas cuando resbalan hasta tu frente.
La
hermosura de mi cara en una doncellez de celajes.
La
ribera de mi aniñada voz con tu sombra de increíble tamaño, y el ileso lenguaje
que no maltrata la palabra.
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