El domingo 27 de abril, el Liverpool se coronó campeón de la Premier
League tras vencer 5-1 al Tottenham en Anfield, logrando su 20º título en la máxima división inglesa.
En medio de la celebración, el delantero Cody
Gakpo destacó al quitarse la camiseta y mostrar al público la
frase: “Yo pertenezco a Jesús”, señalando al cielo en un gesto de adoración.
Esta celebración recordó la icónica acción del brasileño Kaká en la final de la Liga de Campeones de 2007, cuando también mostró su fe públicamente tras
ganar contra el Liverpool. Kaká reaccionó a la celebración de Gakpo compartiendo una foto y escribiendo: “¡Pertenecemos
a Jesús! Felicidades, hermano”.
Gakpo expresó en Instagram su
alegría y gratitud: “¡Sueño de infancia cumplido!
Campeones de la Premier League 24/25. Estoy muy orgulloso de todos en el equipo
y de lo que hemos logrado. Dios guió cada paso de este camino, y estoy más que
agradecido. Lo hicimos juntos”.
No fue el único jugador que manifestó su fe. El portero Alisson
Becker fue visto con su Biblia antes del partido, y es
conocido por compartir cómo su amor por Jesús lo fortalece en el campo. La
temporada del Liverpool fue dominante, asegurando el
título con cuatro jornadas de anticipación.
Tras la salida de Jürgen Klopp en mayo
de 2024, había dudas sobre el futuro del equipo. Sin embargo, el nuevo
entrenador Arne Slot disipó esas preocupaciones
desde su primer año, llevando al equipo a una campaña exitosa con 25 victorias,
7 empates y solo 2 derrotas.
Los Reds acumularon 82
puntos, superando en 15 unidades al Arsenal, segundo en
la tabla, y en 22 al Chelsea, quinto y
último en zona de clasificación para la Champions League. El
próximo partido será el 4 de mayo contra el Chelsea en Stamford
Bridge.
La celebración pública de fe es un testimonio poderoso de cómo
los deportistas pueden honrar a Dios en sus victorias y desafíos, recordando
que debemos hacer todo como para Dios y no para los hombres.
El ejemplo de Gakpo y sus
compañeros inspira a los creyentes a vivir una fe auténtica y visible,
confiando en que Dios guía cada paso y que la verdadera victoria es la que se
obtiene con Él como centro de nuestras vidas.
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