Washington – Ningún apellido resuena tanto
en el imaginario de Estados Unidos como el de Kennedy. Ahora, la irrupción en
la escena política de uno de los miembros más jóvenes de la familia, Jack
Schlossberg, promete continuar la saga de una de las dinastías más influyentes
del país.
Desde que
en 1961 John F. Kennedy se convirtió en el presidente electo más joven de la
historia de la nación, la familia procedente de Boston se instaló en la mente
de los estadounidenses como una especie de realeza política, envuelta en poder
y elegancia y salpicada por la tragedia.
Más de seis
décadas después, Schlossberg, su nieto de 32 años, anunció esta semana su
candidatura al escaño en la Cámara de Representantes de Nueva York que dejará
vacante el demócrata Jerrold Nadler, sumándose a una concurrida primaria por el
duodécimo distrito congresional de la ciudad.
El
excorresponsal de la revista Vogue es uno de los tres hijos de Caroline
Kennedy, la única hija viva del matrimonio de John y la emblemática Jackie
Kennedy. Con esta entrada al ruedo político se ha convertido en el primer
descendiente directo del mítico JFK en postularse a un cargo electo.
Desde 1900
La estirpe
moderna de la familia se remonta a 1914, cuando Joseph Kennedy y su mujer,
Rose, se casaron y tuvieron nueve hijos.
Joseph,
ambicioso empresario y embajador en Londres, soñaba con ver a uno de sus hijos
en la Casa Blanca, pero quizá no se esperaba que tres de ellos seguirían la
senda de la política.
El punto
álgido de este sueño se alcanzó con la llegada al poder de JFK en 1961, quien
protagonizó una fulgurante carrera política con un final trágico: el mandatario
fue asesinado a tiros el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, mientras
circulaba en coche durante una comitiva presidencial.
El
asesinato de JFK obsesionó al mundo, despertando toda clase de teorías de la
conspiración alrededor del día de su muerte. Pero este no fue el único
magnicidio que acabó con la vida de un Kennedy.
La
maldición de la saga
Cinco años
después, el hermano de JFK, el exfiscal general y senador Robert F. Kennedy,
recibió un disparo mortal mientras hacía campaña en Los Ángeles para la
nominación presidencial demócrata.
El 16 de
julio de 1999, el hijo del difunto mandatario, JFK Jr., pilotaba un avión
ligero que se estrelló en el Atlántico provocando su muerte y la de su esposa
Carolyn.
Ted
Kennedy, el hermano menor de JFK, sobrevivió a todos y se convirtió en el «león
del Senado», uno de los legisladores demócratas más influyentes con una
trayectoria de casi medio siglo en el Congreso estadounidense.
Su carrera,
sin embargo, estuvo marcada por el escándalo del caso Chappaquiddick, cuando en
1969, Ted se precipitó con su coche por un puente, lo que le costó la muerte a
Mary Jo Kopechne, de 28 años, que quedó atrapada en el interior.
Los Kennedy
parecían estar destinados a vivir bajo una eterna mala suerte: aviones caídos,
accidentes y muertes prematuras. Hasta se habló de «la maldición de los
Kennedy», pero parece que, a pesar de ella, este clan familiar se ha resistido
a desparecer del radar político estadounidense.
Con
presencia en la vida pública
Más
recientemente, varias generaciones han pasado por el Congreso estadounidense,
como Joe Kennedy, nieto de RFK, miembro de la Cámara de Representantes por
Massachusetts durante la administración de Joe Biden (2021-2025).
La madre de
Schlossberg, Caroline Kennedy, fue embajadora en Japón y en Australia durante
los mandatos de Barack Obama (2009-2017) y Joe Biden, respectivamente.
Entre ellos
también se encuentra al que algunos consideran la ‘oveja negra’ de la familia,
Robert F. Kennedy Jr., elegido por el presidente, Donald Trump, como secretario
de Salud, y que pasó de hacer campaña en contra del republicano a ser uno de
sus más leales seguidores.
Ahora, el
joven Schlossberg, con una gran presencia en redes sociales y un perfil
distendido que ha llamado la atención de los medios, se ha definido como un
«demócrata de nueva generación» y un «estudiante del legado y la Administración
de su abuelo».
El nieto de
JFK, crítico con Trump en sus vídeos virales, cuenta con más de 830.000
seguidores en TikTok, lo que considera una ventaja para conectar con los
jóvenes.
Con él, la
fascinación por los Kennedy vuelve a tomar fuerza. La dinastía no ha acabado
todavía. EFE

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