Tegucigalpa, Honduras.- World Visión Honduras celebró
con orgullo el cierre de 18 años de trabajo constante en el desarrollo
transformador de las personas en 12 comunidades del Distrito Central
y Santa Lucia, a través de su Programa
Cerro de Plata con apoyo financiero de WV Canadá. Desde su inicio en el
año 2007, este programa ha
contribuido significativamente a la transformación de la vida de niñas, niños,
adolescentes, líderes comunitarios, líderes de fe y familias de la zona.
World Vision, a través de su Programa Cerro de
Plata, logró llevar esperanza y oportunidades
a zonas históricamente desatendidas, teniendo en cuenta a comunidades
vulnerables con alto riesgo, sin cohesión social y baja calidad educativa, además de sufrir por la falta de acceso a servicios
de salud reflejado con altos índices de niveles de desnutrición y enfermedades
respiratorias especialmente en niñas y niños menores de cinco años. Es así que
a través de un enfoque integral incluyó en su programación el patrocinio y
proyectos no patrocinados.
Uno de los logros más significativos fue la
formación de un comité interreligioso con participación de 80 líderes
de 15 iglesias católicas y evangélicas, quienes
se sumaron al proceso de formación y empoderamiento
espiritual y comunitario. Como parte de esta iniciativa, también se formó un
grupo de 55 niñas y niños intercesores que, mediante campañas de oración,
fortalecieron el sentido de unidad y esperanza en sus comunidades.
Implementando metodología de Crianza con Ternura, adoptada por la Iglesia Católica
como herramienta de formación para padres y madres, promoviendo una crianza
basada en el amor, el respeto y la comprensión mutua, generando un impacto
positivo en la dinámica familiar.
En el ámbito educativo y vocacional, el
programa fue reconocido como un centro de talleres populares avalado por el
Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP), ofreciendo formación
técnica a más de 2,000 jóvenes impactando de manera indirecta
a más de 6,000 personas con los cursos técnico vocacional como belleza,
barbería, uñas acrílicas, Ofimática básica, diseño gráfico, inglés básico y
avanzado, enderezado y pintado automotriz. Estas oportunidades abrieron nuevos
caminos de desarrollo personal y económico para cientos de jóvenes en situación
de vulnerabilidad.
Como respuesta a la falta de cobertura en
educación inicial, en 2011 se construyeron y acondicionaron cinco Centros
Comunitarios de Educación Prebásica (CCEPREB), brindando acceso a educación temprana a niñas
y niños menores
de cinco años.
Además, se instalaron seis aulas tecnológicas completamente equipadas
con sistemas audiovisuales e internet, beneficiando a más de 10,000 personas,
entre estudiantes, docentes y familias, e impulsando una educación más
inclusiva y actualizada.
En cuanto al trabajo con la niñez, desde 2008
se inició con el registro llegando a 5,585 niñas y niños durante
el ciclo del programa de patrocinio. A lo largo
de estos año participaron en actividades que
fortalecieron su liderazgo, promovieron sus capacidades, habilidades y competencias para que puedan
expresar su voz, defender sus derechos, promover una cultura de
paz, mejora a la calidad educativa y acceso a la educación, a través de distintas intervenciones como, estimulación temprana
y atención Psicológica, entre otros. Este enfoque permitió
no solo mejorar el bienestar
individual de la niñez, sino
también el tejido social y familiar en sus comunidades.
El componente de agua y saneamiento fue una
prioridad durante toda la intervención, logrando beneficiar a más de 1,800 familias (aproximadamente 10,000 personas) con la
construcción y mejora de sistemas de acceso a agua potable, construcción de
módulos sanitarios inclusivos en centros educativos. Esto se logró en
coordinación con autoridades locales y el proyecto WASH, reduciendo así la
brecha histórica de acceso al agua en contextos urbanos frágiles. Así mismo cada intervención se logro con el apoyo de otros
proyectos de fondos de no patrocinio como: Ejerciendo mi derecho a jugar,
Discipulado Cristiano amigable
para la niñez, Emprendiendo con tecnología, Desarrollo de la Fuerza Laboral (Youth
Ready), escuelas de Paz, RISE Y THRIVE.
En esta etapa de transición del programa, se
intensificó el trabajo de fortalecimiento comunitario mediante metodologías como Cosmovisión Bíblica
Empoderada, Liderazgo de Mujeres y Entrelazos. Estas estrategias
promovieron nuevas formas de pensar y actuar dentro de las familias, incentivando el
empoderamiento económico femenino como medio para mejorar el bienestar y la
sostenibilidad del hogar. Solo en el último año del programa, estas
intervenciones impactaron a más de 20,263 personas.
El programa ha sido un referente en intervenciones en contexto urbano frágil, recibiendo alrededor de cinco visitas internacionales al
año, así como visitas nacionales de otras organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales.
La jornada de transición y celebración del programa fue un espacio para conmemorar los logros alcanzados, compartir aprendizajes,
reforzar el compromiso de las familias, líderes comunitarios y aliados
estratégicos. World Vision Honduras deja comunidades empoderadas, con
capacidades fortalecidas y herramientas concretas para continuar gestionando su
propio desarrollo, promoviendo una tierna protección, inclusiva y sostenible
para las niñas, los niños del Distrito Central y Santa Lucia.

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