Santiago de Chile – La inauguración del Mundial Sub-20 de la FIFA en Chile
fue una ceremonia de ocho minutos con banderas y colorido y un espectáculo
visual y musical concebido para la televisión, según el criterio de FIFA en los
últimos años.
La ceremonia
realizada antes del inicio del partido entre Chile y Nueva Zelanda en el
Estadio Nacional de Santiago fue una celebración del fútbol, que disfrutaron
fugazmente los 30 mil aficionados que habían llegado al recinto.
El histórico
grupo musical chileno Los Ramblers, una banda de jazz y rocanrol formada en
1959, hizo su regreso al escenario para entonar la tradicional canción del
Mundial de 1962 “El Rock del Mundial”, del cual Chile fue anfitrión.
La FIFA
reconoce esta pieza como la primera obra musical oficial de una Copa del Mundo,
que logró establecerse en el listado de Billboard entre las siete canciones más
importantes en la historia de los mundiales.
Esa Copa del
Mundo, hace más de 60 años, marcó la historia del fútbol chileno al conseguir
La Roja un excepcional tercer lugar, y Brasil levantó su segunda Copa Jules
Rimet.
Su inclusión
fue parte del tributo a la historia del balompié nacional que fue pensado para
esta ceremonia simbólica y breve, con un protagonismo acentuado del fútbol y el
espectáculo con foco en el lema del torneo “Creando Leyendas”.
En la misma
sintonía tocó la banda de punk rock chilena Los Miserables, con más de 30 años
de trayectoria, quienes interpretaron su emblemática canción «El Crack» de su
disco “Pasión de Multitudes” en la que mezclan la ilusión de este deporte con
una crítica social.
Junto a ellos
cantó Cari Monteci, quien también es futbolista chilena, y compuso el tema
“Métele”, que es el himno oficial de La Roja femenina.
Para cerrar
el evento se presentó la canción oficial del torneo “El alma en la cancha (olé,
olé, olé)”, un tema con toque latino, interpretada por Shirel, la nueva cara
del pop chileno que surgió del concurso “The Voice Chile” en 2016, junto a la
compañía de danza Dillas Crew y los animadores de Mundo Freestyle.
En la tribuna
estuvieron el presidente chileno Gabriel Boric con su hija nacida hace tres
meses, el presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile,
Pablo Milad, y el líder de la Conmebol, Alejandro Domínguez.
En
representación de FIFA estuvieron Pierluigi Collina, presidente de la Comisión
de Árbitros; y Roberto Grassi, encargado de los torneos juveniles del organismo
y representante directo del presidente Gianni Infantino, que vendrá a la final
el 19 de octubre.
Esta es la
segunda vez que Chile alberga un Mundial Sub-20, tras la edición de 1987,
ganada por la extinta Yugoslavia de Robert Prosinecki y Davor Suker.
Chile es el
país que más veces ha sido anfitrión de Copas del Mundo en Sudamérica sumando
todas las categorías. Con esta cita, suma cinco superando a gigantes como
Brasil y Argentina. EFE

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