Tegucigalpa,
Honduras.- El titular del Poder Legislativo destacó que la Constitución debe
ser garantía de dignidad, libertad y soberanía popular, subrayando que la
democracia no termina en el voto, sino que se fortalece con la participación y
vigilancia ciudadana.
Durante la inauguración del Congreso
Internacional sobre Constitucionalismo y Democracia, el presidente del Congreso
Nacional, Luis Redondo, destacó que Honduras atraviesa un momento decisivo en
el que el debate constitucional dejó de ser un ejercicio teórico para
convertirse en la esencia de la vida política y democrática de la nación.
Ante
magistrados, juristas, académicos, parlamentarios y representantes de diversos
países, Redondo subrayó que hablar hoy de independencia judicial, protección de
los derechos humanos, técnica legislativa, control de constitucionalidad y
soberanía popular “es hablar de cómo aseguramos el futuro de nuestras
democracias”.
En
su participación el titular del Poder Legislativo recordó que Honduras sufrió
la fragilidad institucional con el golpe de Estado de 2009, cuando la
Constitución fue manipulada para violentar la democracia. Por ello, defendió la
necesidad de un control difuso de constitucionalidad, para que cualquier juez,
en cualquier tribunal del país, pueda inaplicar una norma contraria a la
Constitución y a los derechos humanos.
“Refundar
Honduras significa devolverle a la Constitución su carácter democrático, su
fuerza de pacto social y su capacidad de encarnar la soberanía popular.
Refundar es constitucionalizar la esperanza”, enfatizó Redondo.
También
recordó que los Logros históricos en la defensa de la institucionalidad en la
actual legislatura se encuentran en:
•
La elección de una nueva Corte Suprema de Justicia plural, con mayoría de
mujeres y la histórica inclusión del primer magistrado afrodescendiente.
•
La integración de la Junta Directiva en medio de tensiones inéditas,
defendiendo el mandato popular.
•
La aplicación de la Constitución tras la renuncia de un designado presidencial,
que exigió prudencia y rigor constitucional.
Estas acciones, afirmó, demostraron que el Parlamento hondureño no es solo una asamblea de trámite legislativo, sino “el epicentro de la gobernabilidad y la estabilidad del Estado”.
Redondo
destacó avances en materia de transparencia y participación, como la derogación
de la Ley de Secretos y la vigencia plena de la Ley de Acceso a la Información
Pública, que permiten a los ciudadanos conocer y fiscalizar el accionar del
Estado.
“El
plebiscito, el referendo y las audiencias públicas solo tienen sentido si
empoderan al pueblo y garantizan transparencia. La democracia no termina en el
voto: comienza allí y se fortalece con la vigilancia permanente del soberano”,
afirmó.
La
Constitución como garantía de dignidad y justicia
El
presidente del Congreso Nacional llamó a defender la Constitución frente a
cualquier poder que intente capturar las instituciones, asegurando que
“La
única interpretación legítima es la que respeta el espíritu democrático, amplía
libertades y fortalece la soberanía popular. Una Constitución interpretada
contra el pueblo es traición; interpretada a favor de la justicia es
redención”.
Concluyó
reiterando que refundar Honduras significa construir un país donde la Carta
Magna no sea un muro que encierra, sino un puente que une instituciones con la
dignidad de la nación.

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